Parece exagerado, pero si os lo explico me daréis la razón. Cuando uno diseña o dibuja, le da por enseñarle esos dibujos a amigos suyos, y a veces esos amigos te piden un favor, suena algo así "¡Tío hazme un diseño para un tatuaje!" y claro, uno acepta, por que a uno le hace ilusión que la gente tenga la suficiente confianza en ti como para llevar algo que lleva parte de ti en su piel durante el resto de su vida. Esto es una muestra de una de esas veces (no la primera, y por supuesto, no será la última). Y bueno, aunque a mi no me dolió, al amigo en cuestión no le hizo cosquillas precisamente, de ahí que diga que a veces, el arte, duele. ¡Cuidaros!
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